EL ADIÓS DE UNA LEYENDA
- Raúl Arias @Rulass__
- 25 feb 2016
- 3 Min. de lectura
Durante muchas décadas al escuchar la palabra BASQUETBOL, solo había un nombre en nuestra mente: MICHAEL JORDAN. Nuevas generaciones ya no tuvieron el privilegio de verlo volar, de hacer pases, tiros y jugadas que para simples mortales parecieran imposibles de realizar, así fue como "Su Majestad", logró convertirse en un personaje que ha trascendido hasta la época actual.
Como pasa en cualquier deporte, con la salida de un grande, quedó en el aire la interrogante: ¿Quién sería el sucesor? Fue entonces en 1996 cuando aún Michael Jordan y los Bulls dominaban el deporte ráfaga; que debutó con los Lakers de los Ángeles KOBE BRYANT.
Joven proveniente de los Hornets quienes lo reclutaron en la décimo tercera posición del Draft y lo ceden por el veterano Vlade Divac. Sus primeros años no fueron nada del otro mundo, con poca actividad en la duela y promediando pocos puntos, rebotes y asistencias, solo un jugador más. Sin embargo, su espíritu competitivo y el amor por el deporte lo impulsan a esforzarse al máximo.
En 1997 gana el torneo de clavadas; en 1998-1999 aunque sumaba más minutos y puntos a su récord personal, desde el banquillo ve caer en las finales de conferencia a su equipo contra el Jazz de Utah. Con la llegada de PHILL JACKSON al banquillo californiano, la carrera de Kobe cambia completamente; aparece por primera vez como titular en el juego de las estrellas y es cuando comienza su despegue. Del 2000 al 2002 con la ayuda de SHAQUILLE O’NEAL, Kobe lleva a los Lakers de la mano para tener temporadas arrolladoras y ganar tres campeonatos consecutivos; en la temporada 2002-2003 promedia históricamente más de cuarenta puntos en nueve partidos consecutivos.
Desafortunadamente y a pesar de sus grandes números, caen frente a los Spurs en semifinales de conferencia y comienza un declive para los amarillos y púrpura. Salen del equipo O’Neal y Jackson, Shaq tiene problemas con Kobe, mientras que Jackson escribe un libro y en el habla sobre Kobe describiéndolo como “Imposible de entrenar”, todo parecía ir de mal en peor; pero contra todos los pronósticos en la temporada 2005-2006 regresa Jackson al banquillo angelino y con él la magia de Kobe.
En esa temporada hace historia: anota 62 puntos en tres cuartos, uno más que todos los puntos que llevaba el equipo contrario; en 2006 bate un récord de anotaciones en la franquicia con 81 puntos ante los Raptors; en la temporada 2007-2008 Kobe se convierte en el jugador más joven en llegar a los 20,000 puntos y es nombrado MVP de la temporada. Pero seguía sin llegar el ansiado cuarto anillo, y no fue sino hasta la temporada 2008-2009 que imponiéndose con total superioridad a la magia de Orlando logra ganarlo; en la temporada 2009-2010 logra el quinto después de vencer al gran equipo de los Celtics de Boston. En la temporada 2011-2012 supera a Michael Jordan como mayor anotador en partidos All Star. Desafortunadamente con el paso de los años, el cuerpo comienza a pasar factura y del 2013 al 2015 pasa mucho tiempo en la banca debido a lesiones; pero su corazón lo hace dar el máximo cada minuto que está en la duela, batiendo récords de franquicia y de NBA. Tal vez el más recordado sea el 14 de diciembre del 2014 cuando supera a Su Majestad y se coloca como el mejor tercer anotador en la historia de la NBA.
Pero a pesar de los récords, lo espectacular de su juego y su carisma, el tiempo sigue su curso y a finales del 2015, Kobe “Black Mamba” anuncia que su retiro de la NBA será al terminar la temporada en curso. Pero para él no es solo decirle adiós a un deporte, no le dice adiós a un juego; le dice adiós al amor de su vida y así lo hace ver en la carta que ocupa para despedirse del deporte que tanto le dio, la cual empieza con un “Querido basquetbol” y termina con un “Siempre te amaré... Kobe”.
Sin duda nunca pudo desprenderse de las comparaciones con Michael Jordan, pero deja un legado único; un legado que muchos expertos y compañeros de profesión, incluso el mismo Michael elogia. El 14 de febrero del 2016 completó su última participación en el juego de estrellas, llegando con esta al número dieciocho en su carrera. El partido fue un gran homenaje a lo que este gran jugador nos pudo regalar a lo largo de sus 20 extraordinarios años de carrera, misma que inició y terminará con el equipo de los Ángeles el día 13 de Abril en la casa de los Lakers, un día que quedará grabado en la historia de el basquetbol mundial y que sin duda terminará con el Staples Center fundido en un solo coro... “¡KOBE, KOBE, KOBE!”.

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