La luz blanca al final del túnel

'Noventa minuti in Bernabéu son molto longo"

Juan Gómez «Juanito»

El minuto de silencio en honor a Pedro De Felipe, el enorme mosaico realizado por la afición merengue, un Santiago Bernabéu pletórico y una obligación, estuvieron presentes en Madrid este día.

Un equipo blanco que no podía deshonrar a su esencia, esa esencia ganadora que elevó al Real Madrid al título del mejor equipo del siglo XX, cada trofeo que abarrota las vitrinas merengues exigía la clasificación a las semifinales.

Y Cristiano Ronaldo, haciendo gala del portento atlético que representa; al igual que el mitológico Atlas, subió a sus hombros el mundo merengue. Su explosividad se reflejó en sendas embestidas que en par de minutos lograron la igualada global ante unos lobos del Wolfsburgo que poco pudieron hacer para evitarlo.

2 a 2 en el marcador, corrían los minutos y el alargue se avecinaba, alguno que otro embate de los alemanes y un remate blanco que de manera dudosa no era marcado como gol tras no cruzar la línea de meta licántropa.

Entonces sucedió. Un compás bien abierto y los resoplidos de un toro furioso en el ruedo, Cristiano tenía en sus botines el pase a la fase semifinal, Keylor Navas desde la portería se acercó a Ronaldo, algo dijo a su oído, instantes después el gol, el gol que ponía la estocada final a un Wolfsburgo herido de muerte anteriormente por el mismo Cristiano.

Ni el pantalón de Zidane pudo resistir la explosión de júbilo que se vivió en las entrañas del gigante blanco del paseo de la Castellana, una explosión contenida tras una semana europea de incertidumbre por estar fallando a la mística del equipo. La remontada que más que hazaña, era una asignatura, fue conseguida.

Ahora, gózalo aficionado merengue, gózalo Real Madrid porque La Undécima y la Liga se pueden ver en el horizonte, se pueden ver como la luz blanca al final del túnel.

Soy el Ninja y que ruede la bola.