El culpable se llama...

C'est fini, justo el dia que se anuncia la ausencia de Benzema en la Eurocopa, apareció Griezmann, ni mandado a hacer, se le aparecio el mago al Barcelona, un jugador que comenzó como extremo y por la necesidad de un nueve en el Atlético se le movió a centro del ataque, hoy con dos goles suyos metió al Atlético de Madrid entre los cuatro mejores equipos del mundo, de paso, eliminando al vigente campeón que se ahogó en un charco.

Sin lugar a dudas para el Barcelona es un fracaso, y aunque puedan ganar la Liga y la Copa, esto no debería maquillar este fracaso de grandes dimensiones. El fracaso tiene nombre y apellido, Luis Enrique Martínez García, un entrenador de medias tintas, que logro un ascenso a segunda división con la filial del Barcelona por ahí del 2009 y en su primera incursión en divisiones mayores no dió el ancho, fracasó con la Roma de Italia y con el Celta de Vigo en España, sin embargo, fue elegido por el Barcelona, tras la salida de Gerardo Martino en 2014, tras un semestre muy complicado, el Barcelona tomó impulso y ganó tres títulos, Liga, Champions y Copa, la figura de Luis Enrique se infló, a pesar de haber demostrado que sus decisiones no eran las más acertadas.

El Barcelona que venía arrasando a la Liga y era una aplanadora en todos los torneos, cayó en un bache, y su entrenador no ha encontrado la manera de sacarlo del mismo, y hoy lucen más fuertes los colchoneros del Atlético y el Real Madrid, para remontar en la lucha por la liga de España.

Esta debacle exprés del Barcelona coincide con un bajón de su máxima figura, Lionel Messi, si el argentino no anda, el equipo se cae, y ente mal lo ha tenido que combatir Josep Guardiola, Tito Vilanova (DEP), Gerardo Martino y por primera vez, Luis Enrique, ninguno de los primeros tres encontraron la fórmula para superar el bajón de Messi, Enrique tampoco y eso es muy alarmante porque desnuda a una plantilla que se nos ha presentado como el mejor equipo del mundo, un equipo que con Messi es uno y con Messi es otro. Sin embargo, aquel que piense que hoy el Barcelona se va a casa es culpa de Messi, del arbitraje o de los jugadores, esta equivocado, la culpa es de Luis Enrique y su pobreza futbolística, ese entrenador, que todo lo quiere solucionar metiendo a Sergio Roberto y al turco Turan, que no dan un buen pase aunque su vida dependiera de ello.

Nos esperan unas tremendas semifinales, y el Atlético se perfila como el favorito, tras eliminar al campeón, el camino a Milán es corto, 180 minutos, que pueden significar la gloria o el infierno.